Pues, este es mi rincón de sueños, deseos, cosas que me pasan, pensamientos y quejas sobre mi vida. El aire que respiro es un problema. El dramatismo no es lo mío...creo☼.

11.30.2009

Possible Twilight - Breaking Dawn Footage... Haha!

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Haha.. me encantó esta parodia...
y adivinen..

Tiene a Peter Faccinelli


Upset y De antes...Dimelo cantando.

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Amo esta canción... (:

"Te conozco de antes y esto me provoca pensate...te conozco... no necesito mirarte pa sentir los destellos que nacen de tu ser..."


¡Arrrg! Estoy Upset chicas!.... :( no tengo inspiración...soy una LOSER... bueno, no...nunca tanto...

11.25.2009

Cap. 4- "Enchufe con Cianuro"

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"Extrañas Tentaciones"

Enchufe de Cianuro

Abrí la puerta. Pensé que Rob estaba adentro, esperándome. Pero en vez de eso me encontré con mi mamá. Estaba sentada en uno de los sillones al costado de una pequeña lamparita. Tenía el periódico en las manos. Levantó la mirada y frunció el ceño. Bajo el periódico y me escrutó por un momento. Su mirada llegó al fondo de mi corazón como una estaca.
Escuché mis oídos pitar. Giré sobre mi misma y empecé a andar hacia las escaleras.
–Rachel –espetó.

–¿Si? –dije.
–Vino Robert –dijo. Yo me detuve y volteé. La miré por un momento y luego…hablé.
–¿Está arriba?
–No –dijo… ¿dónde estaba entonces?–, le dije que fuera y que te esperara en el aeropuerto, le dije que yo quería llevarte.
–¿Qué?... Bueno, ya es tarde. Traeré mis maletas.
–Apúrate… que desde hace mucho tiempo que te estoy esperando.
–Sí, ya vengo.
Corrí a mi habitación. ¿Qué pasó? ¿Por qué me querría acompañar?
Cogí mis maletas, y mi Ipod. Bajé las escaleras a trompicones. Mi mamá estaba parada con una botella de agua en la mano mirando por la ventana. Mallory estaba sentada a su costado, mirándola.
–¿Hermana?
–¿Qué pasa, Mallory?

–Vamos que yo te voy a acompañar.
–¿En serio? –pregunté, sorprendida.
–¡Sí! ahora apresúrate que no vas a llegar.
–Está bien.
Me acomodé la campera y me puse la capucha, tiré mis maletas y corrí hacía la cocina. Necesitaba agua. Abrí el congelador y saqué una botella. La abrí y bebí. Regresé a la sala y ya las dos estaban buscando un taxi. Miré la sala con nostalgia, no la vería en dos largos meses, o tal vez más. Una lágrima amenazó con caer. Me apreté los ojos y salí.
Adiós casa. Adiós a mi no dulce hogar.
–¿Podría cambiar la emisora? –preguntó mi madre.
–Claro señora.

Mallory me miró y tomó su móvil. Al instante me llegó un mensaje.

¿Que fue? Cuéntame… ¿Qué te dijo mamá?

Le respondí.

¿Qué crees? Me odia. Hoy me miró con una cara que me dio ganas de cortarme las venas.

Ella recibió el mensaje y me respondió un tanto molesta.

No digas taradeces ¿ok? pero pensé que quería acompañarte porque quería estar contigo y que habían arreglado las cosas. Lo siento.

Lo leí. Me entraron unas ganas de llorar incontrolables. Me llegó otro mensaje.


No llores, hermanita. Yo te prometo que hablaré con ella. Esto es mi culpa. ¡Por que Zack no llegó un mes antes! Esto no hubiera pasado nunca. ¿No crees? Aish… lo odio. Bueno no, lo amo, a decir verdad.

Ese comentario me hizo reír. Por lo menos, Mallory no me odiaba. Me había perdonado.


Te voy a extrañar, Mallory. Siempre me haces reír. Los extrañaré a todos. A ti, a Edward y a Zack… a Helen… no sé. Todo esto es culpa suya.


Enarcó una ceja.

¿Edward? mmm ¿Qué paso con él? ¿Por qué siento que cuando saliste pasó algo? ¡Habla! ¿Te despediste de tu amorcito o qué?

¿Amorcito? ¿Qué pensaba esta chica?

Pues sí, paso algo. No sé cómo lo supiste. Debe ser conexión de hermanas… cómo en las películas.
Me asusté, creí que iba a besarme hoy. Pero no, porque sabe lo de Rob y yo. Es bueno, nunca le haría algo así a Rob. Le quiere.

Hizo una mueca. Escribió rápidamente.


Sales con Rob, pero Edward casi te besa. Guau, hermana, tú si que estás pedida. Prepárate, ya estamos llegando.

Levanté la vista. Efectivamente, estábamos aparcando frente al estacionamiento del aeropuerto. Tomé mi bolso de mano y guardé el móvil en la parte trasera de mis vaqueros. Jalé la botella de agua y salí del auto. El conductor abrió la cajuela y me dio mis maletas. Me sonrió.
–Buen viaje señorita –me dijo. Si claro, la pasaría genial. Con mi madre odiándome desde aquí. Estaba eufórica.

–Gracias –dije y me volteé hacia la entrada.

–¿Pero qué? –escuché decir a Mallory, un tanto molesta.

–Cállate –le dijo mi madre –, ¡Rachel!


Temblé. ¡Rob sálvame! No, el no me salvaría, no tenía tan buena suerte.
Mallory pasó a mi costado y entró al aeropuerto.
–¿Sí? –pregunté
.
–Quiero que sepas algo –dijo y me miró fijo a los ojos, con odio
–Tú no te estás largando de aquí como regalo. Tu te vas… porque yo no te quiero ver nunca más. ¿Lo entendiste? Rachel, me has decepcionado, no tuviste el valor de contármelo, cuando tu hermana lo necesitaba. ¡Eres una cobarde! –me gritó.
Yo, apreté los dedos de las manos hasta que sentí mis nudillos crujir.
Mis ojos se humedecieron y mis oídos pitaron. Me dio ganas de chillar
–No sabes cuando te aborrezco. ¡Rachel Allison, tú ya no eres mi hija! –luego, entró otra vez al taxi y le dijo al conductor
–¡Regresemos! –el conductor la miró, luego a mí y se le humedecieron los ojos. “Lo siento” articuló con los labios y partió rumbo a la casa a donde yo ya no pertenecía.
Tomé mis cosas y entré al aeropuerto. Buscando un enchufe y cianuro.


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Bueno, a las que no entienden el por qué del título del capítulo, les explico. El cianuro es un tóxico y se te lo colocas en los dedos y lo metes en un enchufe (corriente electrica) TE MUERES.
Así de simple.
Alice.

11.22.2009

Cap. 3- "Edward"

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Empecé a empacar todas mis cosas. Robert se había ido hace 5 horas y Mallory estaba dormida en el cuarto contiguo.

Guardé todo lo necesario para pasar 4 meses en Italia. Inconscientemente, guardé ropa de más.

–Listo –susurré para mí misma–, ya estás lista para el calvario.

Me tiré sobre mi maleta para cerrarla, todo mi cuerpo se tambaleó por el impacto e hizo que mi móvil saliera volando y cayera estrepitosamente al suelo.

–Mierda –rezongué.

Me quedé en silencio, esperando que Mallory o mi “madre” vinieran y me preguntaran que diablos pasaba.

Nadie llegó.

Bueno, al menos no había despertado a nadie, al menos eso creía. Cogí mi libro favorito, “Besar a una chica que fuma” y trate de leer. Pero no pude. Estaba ida. No podía dejar de pensar lo que me depararía mañana.

Tenía que despedirme de Helen, tenía que despedirme de Zack –el novio de Mallory–, que era como mi hermano mayor, por que siempre me cuidaba… yo hice que Mallory y Zack se conocieran. Qué bueno que lo hice porque ahora los dos se adoran. Hice feliz a mi hermanita una vez en la vida. Metí el libro dentro de la maleta y encendí el ordenador, entré en mi servidor favorito y me entretuve leyendo chistes y cuentos hasta las cinco de la madrugada. Me puse en pie y fui a la ducha, me llevé el móvil por si tal vez Robert me llamaba, no quería despertar a nadie antes de tiempo. Me duché rápido, me puse unos vaqueros pitillo y una remera blanca que tenía escrito en la parte delantera:”Let’s get ready” Unas zapatillas negras con rayas blancas y una campera morada. Me miré en el espejo y me cepillé mi largo cabello castaño rojizo. Toda mi vida había adorado mi cabello, caía en tirabuzones delgados y un poco alocados. Ahora mismo, lo odiaba.

¡Tenía tantas ganas de raparme!

Dejé los pensamientos masoquistas y fui hacía la cocina, abrí el congelador y saqué la leche, tomé un recipiente y saqué cereales.

Comí un poco, no tenía muchas ganas de comer. Sólo lo hacía por que ya era una rutina. Puse el plato en el lavaplatos y fui corriendo hacía arriba, subí las escaleras de dos en dos y luego entre en mi habitación.

Ví la hora. Eran las seis, tenía un poco de tiempo. No, la verdad es que estaba lista y faltaba una hora para que Rob apareciera. Qué mal.

Decidí salir a caminar. A las seis de la mañana. Tomé mi bolso y busqué un cigarrillo. Era la niña casi perfecta. Mi único defecto era que me encantaba fumar. Tomé mis llaves y me dirigí a la puerta.

Salí y respire el aire frío de la mañana. El día estaba templado.

Saqué mi Zippo del bolsillo y prendí el cigarrillo. Aspiré el humo.

Unos brazos rodearon mi cintura. Rob.

–Hola, preciosa –me dijo Edward mientras me daba un beso en la mejilla. Me sorprendí que fuera él.

–¿Edward?

–Sí… Rob me contó lo que sucedió y me desperté temprano porque sabía que ibas a estar aquí a esta hora. Te conozco muy bien, enana.

–Sí, lo sé. ¿Y Rob?

–Está en la casa durmiendo. Mi hermano duerme el triple que yo. ¡Dios Santo!

–Jaja. Si tienes razón –dije. Edward era el hermano gemelo de Robert. Pero sólo lo eran por haber nacido el mismo día. Edward tenía el cabello castaño, muy parecido al mío, y los ojos del color de la miel. De pequeña Edward me había gustado. Es más… fuimos novios cuando tenia 15. Es decir, hace tres años. Me pregunto si sabrá que Rob y yo salimos. Pareció que me hubiera leído la mente porque me respondió.

–Sí, lo sé. Ayer me lo contó.

–¿A caso lees mentes?

–No, pero se leer miradas –dijo mientras me guiñeaba un ojo.

–Uff… –me sentí incómoda. Edward siempre me sacaba mariposas en el estómago. Era algo incontrolable. Él muchas veces me había dicho que me quería, pero de otra forma, yo ya no lo amaba, aunque seguía moviéndome el tapete. Pero, estaba cien por ciento segura de que amaba a Rob. Miré para otro lado. Él, al notar mi rechazo, me soltó y me dijo:

–¿Me das un poco de eso?

Le tendí el cigarrillo.

–Gracias –tomó y expulsó el humo–, dime… ¿cómo pasó?

–No tengo la menor idea Edward.

–Linda respuesta –y miró a otro lado.

–Lo siento.

–Sabía que pasaría –bajó la mirada, no para encontrarse con la mía sino para mirarme la mano –¿Qué te paso en la mano?

–Me corte con una navaja.

–Ahh…

–Edward –empecé.

–Debo irme… ahh… buena suerte en Italia…

–¡Edward! –grité. Corrí detrás de él. Se detuvo en seco y me choqué con él.

–¿Qué sucede, enana? –luego torció la boca en una mueca y me tomó de la mano, su voz tembló– Sólo dame esto ¿si?

Acercó su rostro al mío. ¡Oh no! ¡Dios no! él no podía besarme, no podía… traté de irme para atrás, pero no pude. Puso su mano en la parte baja de mi espalda. Yo cerré los ojos para no verlo acercarse y luego… sentí el roce de sus labios… en mi mejilla. Sentí cómo se reía, todavía estaba pegado a mí.

–Te quiero –murmuró en mi mejilla y luego me soltó y salió corriendo hacía el parque.

–¡Edward! –grité en vano. Él ya había desaparecido por el parque.

–¡Ugh! –exclamé antes de regresar a la casa. Ya debería ser las siete. Rob

estaría esperando.


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¿Pensaban que era Edward Cullen? haha... Alice

Y yo soy...

Mi foto
Seehhh...,, it's me. Creo que lo más interesante que puedo decir de mí es que.... ¡me encanta escribir y leer! ¿Lo notaron? ^_^