Pues, este es mi rincón de sueños, deseos, cosas que me pasan, pensamientos y quejas sobre mi vida. El aire que respiro es un problema. El dramatismo no es lo mío...creo☼.

6.23.2009

El Baile: Parte Editada

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No estoy realmente segura si esto es una parte original de la parte editada del libro de Stephenie, pero bueno...

-¿Cuándo piensas decirme que es lo que pasa Alice?
-Ya verás, se paciente- ordenó sonriendo socarronamente

Estábamos en mi camioneta pero ella estaba conduciendo, tres semanas más y podría liberarme del yeso para caminar, después iba a poner mi pie sano a trabajar, en realidad me gustaba manejar.

Era finales de mayo y de alguna manera la tierra alrededor de Forks se las había arreglado para verse mas verde de lo normal, era hermoso por supuesto, y yo de alguna manera, me estaba reconciliando con el bosque, por que había pasado más tiempo ahí que usualmente, la naturaleza y yo todavía no éramos muy amigos, pero estábamos acercándonos. El cielo era gris pero de cualquier manera daba la bienvenida, era un gris perlado, no sombrío, y no parecía que fuera a llover, estaba casi lo suficientemente cálido para mí, las nubes eran densas y seguras, el tipo de nubes que me parecían lindas por la libertad que garantizaban. Pero a pesar del entorno agradable, yo me sentía nerviosa por el extraño comportamiento de Alice.

Había insistido en un día absolutamente para chicas este sábado por la mañana, llevándome a Port Angeles para hacernos manicure y pedicure. Se negó a dejarme usar el sencillo tono rosa que yo había elegido, en su lugar ordenó a la manicurista que pintara mis uñas con un barniz rojo obscuro y brillante, insistiendo en que también me pintaran las uñas del pie que tenía enyesado. Luego me llevó a comprar zapatos aunque yo sólo pudiera probarme la mitad del par, contra mis estridentes protestas me compró un par de incómodos y sobre valuados stilettos que se veían un poco peligrosos, sujetados solo por listones satinados que cruzaban sobre mi pie y ajustaban en un moño detrás de mi tobillo; eran de un azul intenso y yo trataba de explicarle en vano que no tenía nada con que poder usarlos, incluso en mi closet vergonzosamente lleno de ropa de ropa que ella me había comprado en Los Angeles, la cual era demasiado ligera para usar en Forks estaba segura de que no había nada que pudiera combinar con esos zapatos. Incluso si tuviera algo perfecto escondido en algún lugar de mi guardarropa, mi ropa no era apropiada para los stilettos, yo no estaba acostumbrada a los stilettos. Apenas podía caminar sin incidentes en calcetines, pero mi sólida lógica no era importante para ella, ni siquiera lo iba a discutir.

-Bueno no son Bivianos, pero son bonitos- murmuró, y no habló más mientras daba su tarjeta a unos intimidados empleados.

Me consiguió comida en un establecimiento de comida rápida en el cual me pasaron la comida por la ventanilla del auto, diciéndome que debía comer ahí pero negándose a explicarme por qué tanta prisa, además tuve que recordarle varias veces que mi camioneta simplemente no era capaz de funcionar como un auto de carreras aún con las modificaciones de Rosalie y que por favor le diera un descanso a la pobre máquina. Usualmente Alice era mi chofer preferido, no parecía molestarle manejar solo 20 o 30 millas sobre el límite permitido, algo que otras personas no podían tolerar. Pero el itinerario secreto de Alice era solo la mitad del problema, también estaba patéticamente ansiosa por no haber visto la cara de Edward en casi seis horas, lo que era un récord para los últimos 2 meses. Charlie se había puesto difícil pero no imposible, se había reconciliado con la presencia constante de Edward cuando regresaba a casa ya que no encontraba nada de que quejarse ya que nos hallaba haciendo tarea en la mesa de la cocina, incluso parecía disfrutar la compañía de Edward cuando gritaban juntos en los juegos de ESPN, pero había perdido poco de su severidad original cuando precisamente a las 10 en punto de la noche cada día sostenía la puerta para que Edward saliera, por supuesto Charlie era completamente inconsciente de la habilidad de Edward para regresar su auto a casa y estar en mi ventana en menos de 10 minutos. Era mucho más agradable con Alice, algunas veces daba pena. Obviamente hasta que cambiara mi aparatoso yeso por algo más fácil de manejar necesitaría la ayuda de una mujer. Alice era un ángel, como una hermana, cada noche y cada mañana aparecía para ayudarme con mi rutina diaria, Charlie le estaba profundamente agradecido de ser liberado del horror de una hija casi-adulta que necesitaba ayuda para bañarse, ese tipo de cosas estaban lejos de ser adecuadas tanto para el como para mi si era el caso. Pero era con algo más que gratitud con la que Charlie la había apodado “Angel” y la miraba perplejo mientras ella bailaba sonriente por la pequeña casa iluminándola, ningún humano podía evitar ser afectado por su asombrosa belleza y gracia. Y cuando ella se deslizaba a través de la puerta cada noche, se despedía de Charlie con un afectuoso “nos vemos mañana Charlie” lo dejaba aturdido.

-Alice,¿ ya nos vamos a casa?- entendiendo por eso que me refería a la casa blanca del río
-Sí –pero conociéndome bien, agregó: Pero Edward no está ahí… Fruncí el ceño, -¿Donde está?
-Tenía algunos encargos que hacer
-¿Encargos? Repetí inexpresivamente, -Alice -mi tono se volvió persuasivo
-Por favor dime que sucede. Sacudió la cabeza sonriendo.
– Me estoy divirtiendo mucho- explicó; cuando llegamos a la casa me llevó directamente a su baño que era del tamaño de una recámara, me sorprendió encontrar a Rosalie ahí, esperando con una sonrisa celestial, parada detrás de una silla baja color rosa, una alucinante variedad de herramientas y productos cubrían el largo tocador.

-Siéntate- me dijo Alice lo consideré un minuto pero decidí que ella estaba preparada para usar la fuerza en caso de ser necesario, cojee hasta la silla y me senté con toda la dignidad que me fue posible Rosalie inmediatamente comenzó a cepillar mi cabello

-No creo que tú vayas a decirme de que se trata esto, ¿verdad?- observé
-Puedes torturarme – Dijo entretenida con mi cabello- Pero nunca hablaré
Rosalie sostuvo mi cabeza en el lavabo mientras Alice con un shampoo que olía a menta y uva. Alice secaba con una toalla entre la maraña de cabello mojado furiosamente y luego rociaba casi una botella entera de algo más, el segundo olía como pepino, mientras lo rociaba seguía con la toalla en la mano. Después peinaron rápidamente el desastre que tenía por cabello y el producto que olía a pepino controló mi cabello, tal vez después tomaría un poco de eso, cada una tomó una secadora de cabello y se pusieron a trabajar; mientras los minutos pasaban y ellas seguían descubriendo mechones húmedos, sus caras empezaron a verse un poco preocupadas ,sonreí alegremente, había cosas que ni siquiera los vampiros podían acelerar.

-Tiene una enorme cantidad de cabello- comentó Rosalie con una voz ansiosa
-“¡Jasper!” llamó claramente Alce aunque su tono no era elevado –¡Consígueme otra secadora de cabello!
Jasper llegó al rescate y de algún modo con dos secadoras más, las cuales apuntó hacia mi cabeza, realmente divertido, mientras trabajaba.
-Jasper… comencé esperanzada
-Lo siento Bella no tengo permitido decir nada.
Escapó agradecido cuando finalmente todo estuvo seco y esponjado, mi cabello permanecía a 3 pulgadas de mi cabeza.
-¿Qué me han hecho?- pregunté horrorizada, pero me ignoraron y sacaron una caja con tubos calientes. Traté de convencerlas que mi cabello no se rizaría, untaron en mi cabello algo de un amarillo poco saludable antes de enrollar mi cabello en el rizador caliente.
– ¿Encontraste zapatos?- Preguntó Rosalie intensamente como si la respuesta fuera de vital importancia.
–Sí, son perfectos- ronroneó Alice con satisfacción Observé a Rosalie en el espejo mientras ella asentía con la cabeza, como si le hubieran quitado un gran peso de encima.
–Tu cabello se ve bien- no es que no siempre se viera perfecto pero ese día lo había levantado creando una corona de ligeros ricitos encima de su perfecta cabeza.
–Gracias- sonrió y siguió con otra sección de rizos
-¿Qué hay del maquillaje?- Preguntó Alice -Es una molestia- me ofrecí aunque me ignoraron de nuevo
-No necesita mucho, su piel se ve mejor al natural- musitó Rosalie
-Solo un poco de color en los labios- replicó Alice
-Y delineador y rímel-agregó Rosalie –Solo un poquito
Suspiré ruidosamente, a Alice le causó mucha gracia ya que comenzó a reírse y me dijo: -Sé paciente Bella, nos estamos divirtiendo.
–Bueno, mientras sea así…- musité
Los rizadores ya estaban sujetados fuerte e incómodamente a mi cabeza
-Vamos a vestirla- la voz de Alice sonaba anticipadamente ilusionada. Ni siquiera esperó a que yo me arrastrara fuera del baño con mi yeso. En lugar de eso, me sacó y me llevó a la enorme y blanca habitación que Emmett y Rosalie compartían, en la cama había un vestido, azul intenso por supuesto.
- ¿Qué te parece?- Trinó alegremente
Esa era una buena pregunta, era ligeramente sobrecargado y aparentemente debía usarse muy ajustado se sujetaba en el hombro, sin tirantes pero con largas mangas que cubrían hasta las muñecas, las parte superior era de una tela muy fina
-Alice- gemí -No puedo usar eso
- ¿Por qué? – reclamó con voz dura
-Es completamente transparente
-Esto va debajo- Rosalie levantó una prenda de un azul pálido
- ¿Qué es eso?- pregunté temerosa
-Es un corsé, tontita- contestó Alice impaciente
–Ahora, ¿te lo vas a poner? o prefieres que llame a Jasper y le pida que te sujete mientras lo hago por ti. Me amenazó
- Se supone que eras mi amiga- la acusé
- Sé amable Bella- musitó- No tengo ningún recuerdo de ser humana, trato de obtener algo de diversión indirecta contigo, además es por tu propio bien. Me quejé y me sonrojé mucho pero no les tomó mucho tiempo meterme en el vestido, tenía que admitir que el corsé tenía sus ventajas.
–Wow- suspiré mirando hacia abajo- tengo un escote.
- ¿Quién lo hubiera imaginado?- dijo Alice mientras contemplaba encantada su trabajo, yo por otro lado no estaba completamente convencida.
– No crees que este vestido es un poco… no se, ¿demasiado a la moda para Forks?- Pregunté
-Creo que el término que buscas es “Alta Costura”- musitó Rosalie mientas se reía
-No es para Forks, es para Edward- insistió Alice- Y está perfecto
Entonces me llevaron de regreso al baño soltaron los rizadores con mucha habilidad, para mi sorpresa cascadas de rulos cayeron sobre mi cara. Rosalie jaló cuidadosamente la mayoría de estos retorciéndolos en una cola de caballo que se desbordaba hacia mi espalda y mientras ella trabajaba, Alice rápidamente pintó una fina línea negra alrededor de cada uno de mis ojos aplicó rímel y también labial rojo obscuro, luego salió como un dardo de la habitación y regresó en seguida con los zapatos.
–Perfectos – suspiró Rosalie mientras Alice los sostenía en alto para poder admirarlos, Alice me abrochó los mortíferos zapatos y le lanzó una mirada a mi yeso.
– Supongo que hemos hecho todo lo que hemos podido- sacudió la cabeza con tristeza
– ¿No crees que Carlisle nos deje…? Preguntó mirando a Rosalie
-Lo dudo- contestó Rosalie secamente En ese momento ambas entornaron la cabeza.
–Está de vuelta- yo sabía bien “quién” estaba de vuelta y por eso mi estómago estaba lleno de mariposas. –El puede esperar, aún hay algo más importante- dijo Alice firmemente mientras me levantaba, lo que ahora era una necesidad ya que estaba segura de que no podría caminar con ninguno de mis pies, me llevó a su habitación donde amablemente me mantuvo frente al ancho espejo con marco dorado y me dijo:
-Ya está, ¿Ves?
Me quedé mirando a la extraña en el espejo, se veía muy alta en tacones con el largo y ajustado vestido añadiéndose al espejismo, era escotado, donde su inusualmente impresionante línea del busto llamaba mi atención, su cuello parecía muy largo, así como la columna de bucles en su espalda, tono azul era perfecto, resaltaba la palidez de su piel clara y el sonrojo de sus mejillas, era muy bonita, debía admitirlo.
–Sí Alice ya veo- -No lo olvides me advirtió. Me levantó de nuevo y me llevó a lo alto de las escaleras.
–Voltéate y cierra los ojos- ordenó para alguien escaleras abajo- ¡Y mantente fuera de mi mente!, No lo arruines.
Vaciló y caminando más lento de lo normal hacia debajo de la escalera hasta que pudo ver que el había obedecido, voló el resto del camino. Edward estaba parado en la puerta dándonos la espalda muy alto y misterioso, nunca lo había visto vestido de negro antes. Alice me enderezó alisando el plisado de mi vestido acomodando un rizo en su lugar, y luego me dejó ahí yéndose a sentar en el banco del piano para observar, Rosalie la siguió y fue a sentarse con ella en la audiencia.
– ¿Ya puedo ver?- su voz resonaba penetrante, lo cual hizo mi corazón latir más rápidamente.
–Ahora sí- contestó Alice. Volteó inmediatamente y se quedó helado en ese lugar, sus ojos como topacio completamente abiertos. Podía sentir el calor subiendo lentamente hacia mi cuello y mis mejillas. Se veía hermoso, sentí una punzada del antiguo temor de que el era sólo un sueño, no era posible que fuera real. Estaba usando un esmoquin, el pertenecía a una a una pantalla de cine no a mi lado, lo miré fijamente con sobrecogimiento e incredulidad. Avanzó lentamente hacia mí dudando un poco antes de alcanzarme.
–Alice, Rosalie, Gracias- musitó sin apartar su mirada de mi. Escuché a Alice reír entre dientes por el placer. Se acercó un paso más y poniendo una fría mano bajo mi mandíbula presionó mis labios en mi cuello. –Eres tú- murmuró contra mi piel, se alejó un poco y vi que en su otra mano había flores blancas -Fresia- me informó mientras acomodaba las flores en mi cabello- Redundante en lo que aroma se refiere claro. Se ladeó un poco para verme otra vez, sonrió, con el tipo de sonrisa que detenía mi corazón. -Te ves absurdamente hermosa- -Yo iba a decir eso- traté de controlar mi voz lo mejor posible- Justo cuando empiezo a creer que de hecho eres real, apareces viéndote así, tengo miedo de estar soñando otra vez; me tomó rápidamente entre sus brazos, acercó su rostro al mío, sus ojos ardían mientras me acercaba cada vez más.
–Cuidado con el labial- se quejó Alice Se rió con algo de rebeldía pero llevó su boca al hueco en la base de mi cuello, en lugar de a mi boca.
– ¿Estás lista para irnos?- preguntó
- ¿Nadie piensa contarme cual es la ocasión especial?
-No- Alice soltó una risita y Edward una risa encantadora, yo fruncí el ceño.
- ¿De qué me estoy perdiendo? - No te preocupes pronto lo averiguarás me aseguró
-Suéltala Edward, para que pueda tomar una foto- Esme estaba bajando por las escaleras con una cámara plateada en las manos.


1 comentarios alentadores :):

maii martes, junio 30, 2009

hay k lindos los dos me enkanta

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Gracias por tu asombroso comentario...

Y yo soy...

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Seehhh...,, it's me. Creo que lo más interesante que puedo decir de mí es que.... ¡me encanta escribir y leer! ¿Lo notaron? ^_^